jueves, 30 de abril de 2015

COMENTARIO: CRISTO CRUCIFICADO de VELÁZQUEZ (versión 2)

La obra que vamos a analizar a continuación es una de las obras más famosas de Velázquez, se trata de una pintura al óleo sobre lienzo de 250cm x 170cm, fechada entorno a 1632 durante su segunda estancia en Madrid (1630-1649), tras regresar de uno de sus viajes a Italia . Época en la que realizó cuantiosos retratos de la familia real y otros de diferente índole: escenas históricas, mitológicas, religiosas, retratos de bufones,… A esta etapa pertenecen obras como: La rendición de Breda(1634), El niño de Vallecas (1636) o El príncipe Baltasar Carlos a caballo (1635).


La obra pertenecía al convento de las Monjas Benedictinas de San Plácido de Madrid. Se cuenta que fue donado por Felipe IV como arrepentimiento al haberse enamorado de una monja que allí profesaba. También se dice que la donación vino a través de D. Jerónimo de Villanueva, Protonotario Mayor de Aragón, por un escabroso asunto demoníaco que se había producido en dicho convento, teniendo que tomar la Inquisición cartas en el asunto.

Esta obra se conserva en el Museo del Prado de Madrid desde 1829.

Estamos ante una maravillosa obra de temática religiosa con una elegante figura de Cristo, con el cuerpo y los miembros suavemente modelados, influencia de sus estudios de las obras de los italianos, recibiendo una luz procedente de la izquierda, de herencia tenebrista pero sin llegar a producir los fuertes contrastes que encontrábamos en Caravaggio, recortándose la figura sobre un fondo neutro. El cuerpo se modela con abundante pasta, extendida con soltura, insistiendo en el modelado y en la iluminación; en algunas partes el pintor "arañó" con la punta del pincel la pasta aún húmeda, logrando una textura especial, así en torno a la cabellera caída sobre los hombros. Al igual que en los desnudos de La fragua de Vulcano, las sombras se obtienen repasando con toques de pincel muy diluido y del mismo color, obscureciendo por zonas
irregulares la carnación ya terminada. La cabeza caída y el excelente mechón de pelo que oculta parte del rostro son los elementos más originales de la pintura, aportando dramatismo a la obra que, por otro lado, y pese a tratarse del tema de la Crucifixión, está tratando con absoluta serenidad.

Velázquez consiguió obtener perfectamente una imagen de la doble naturaleza, divina y humana, de Cristo. Velázquez pintó al Cristo siguiendo la iconografía aceptada en el siglo XVII, igual que su maestro Francisco Pacheco: cuatro clavos y los pies juntos apoyados en una pequeña ménsula de madera y con un contrapposto clásico que deja todo el peso en una pierna y descansa la otra. Los brazos dibujan una suave curva en lugar de un triángulo. Pinta el paño de pureza pequeño, sin derroche de vuelos como era costumbre en el barroco, mostrando el cuerpo desnudo al máximo posible. La cabeza tiene un halo luminoso que da la sensación de que emana de la propia figura, además de la corona de espinas que hace referencia a que es el rey de los judíos, al igual que la inscripción escrita en hebreo, griego y latín, situada en la parte más alta de la cruz, donde podemos leer “Jesús de Nazaret, rey de los judíos”; el semblante está caído sobre el pecho dejando ver lo suficiente de sus rasgos y facciones nobles. Más de la mitad de la cara está cubierta por el cabello largo que cae débil y en vertical como anunciando la muerte ya sucedida por la herida que aparece en el costado derecho.

El desnudo de este cuadro demuestra la serenidad, la dignidad y la nobleza. Velázquez, haciendo un alarde de maestría, consigue que el espectador pueda captar la belleza corporal y la serena expresión de la figura. Por su espiritualidad y misterio, este cuadro inspiró a Miguel de Unamuno para crear un extenso poema titulado Cristo de Velázquez.

Esta obra perteneciente al arte barroco español, presenta las características generales de este como serían: El lienzo como soporte y es una pintura realista de temática religiosa. En las obras de Velázquez podremos apreciar la pincelada pastosa y desecha, la perspectiva aérea y un tratamiento de la luz derivado de la escuela tenebrista y por el naturalismo. Emplea tonalidades terrosas, y las calidades de los objetos están muy logradas: copas de cristal, vasijas de barro,…. Más adelante el color se volverá de colores más claros, un cromatismo más vivo y luminoso influenciado de Rubens, así como su técnica, que se volverá más suelta y vaporosa.

El Cristo crucificado de Velázquez es una de las obras más significativas del estilo Barroco español del siglo XVII. Velázquez fue objeto de admiración de muchos artistas a lo largo de los siglos posteriores, y su influencia se verá reflejada en artistas como Goya y en movimientos como el Impresionismo.

PÁGINAS CONSULTADAS PARA REALIZAR EL COMENTARIO:

Autor: JAVIER DIEZ TASCÓN, alumno 2º bachillerato D, 2014-2015.
 
 

2 comentarios:

  1. Es un cuadro en el que la cabeza de Cristo estaba mal encajada, por lo que Velázquez se vió obligado a tapar la cara con la cabellera
    https://www.youtube.com/watch?v=LxK4s57D3U0&t=44s

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